Todes soñamos con irnos alguna vez, con escapar de esta realidad que muchas veces nos hace replantearnos para qué estamos constantemente remando contra la corriente en este río de caca, si total, vivir es carísimo y ni siquiera está tan bueno, como dice una amiga. Seguro que vos también te despertaste un día y dijiste; que ganas de vivir en el medio del campo o en el medio de la montaña, sola con mis animales y no tener que dialogar con nadie, sobre todo no tener que fingir interés en conversaciones vacías. No tener que pedirle disculpas a mi vecina porque mis gates hacen caca en su jardín, o no tener que dejar de ir a algún lugar que me encantaba porque una persona me hizo sentir incómoda con su actitud, o tener que cambiar el recorrido de mi caminata matutina que me resulta terapéutica para no cruzarme más al boludo que me quiso chamuyar. El hartazgo a esta altura del año se hace carne, se cuela por mis poros y hace que la sinapsis de mis neuronas entre en cortocircuito, todo el tiempo. Las ganas de mandar a cagar son proporcionales a lo que venimos aguantando a través de los años, porque a esta altura de la vida, aguantar, no tendría que ser una opción. Aguantar un berrinche de tu hijo, bueno. Aguantar que tu gate te muerda el cargador del celular, bueno.. pero aguantar comentarios que son ácido corrosivo directo al corazón? Aguantar por aguantar? Aguantar por no quedar mal, por no dejar de agradar, por no confrontar? De ninguna manera. No aguanto más nada y hasta por momentos, no me aguanto ni yo. Disfruto del momento, de mi tiempo a solas, elijo con quién compartirme y con quién no. Debería estar prohibido que nos sigan midiendo con la vara que miden todo desde el año 1900, yo creo que esa vara se la podrían perder en el culo. También debería estar prohibido que siga existiendo la cultura del esfuerzo sobre humano y la meritocracia, porque claramente, sabemos que eso no existe. Que hay personas que tienen distintas posibilidades y muches somos privilegiades, y a su vez agradecides y con conciencia de clase, no todes son como quienes andan despotricando por la vida y profesando que el que quiere puede, porque sabemos que esa frase es una falacia. Es muy fácil hablar de meritocracia cuando naciste en un contexto favorable, así que dejémonos de joder. Me fui por las ramas, a lo que me refería con vivir sola en el campo o la montaña, creo que tiene que ver más conmigo que con las situaciones que expuse después. Creo que en vez de escaparme sola al medio de la nada, algo puede revertirse aprendiendo de la importancia de poner límites, a nosotres mismes, a les demás, a nuestros hijes, a aprender a decir que no, a priorizarnos, a no dejarnos para después. A no quedarnos dónde no es recíproco, a no hacer más esfuerzos por sostener todo aquello que merece derrumbarse, caer, estrellarse contra el piso y estallar en mil pedazos, ya sean vínculos o lo que fuera. Dejar de decir que sí porque sino fulanite se va a enojar, dejar de decir que no porque sino fulanite se va a enojar. Hacer lo que realmente sentimos, ser sinceres con nosotres mismes y también con les demás. Comunicar lo que nos pasa y también, lo que no nos pasa. Desterrar la incertidumbre que tanto mal nos hace, preguntar y dejar de suponer. Es hora de vivir más livianes, la mochila está pesada y la venimos cargando hace mucho tiempo, ya estamos más grandes y la espalda duele mucho más. Es hora de ser más amoroses con nuestro ser, con todo lo que construimos, escuchar nuestro deseo y mandar lejos, darle una patada bien puesta a todo y a todes les carroñeres que vienen a contaminar nuestra existencia con su podredumbre y su infelicidad.
Me ves? Estoy cansada Me agobia existir Me invade tanto sentir Es como el sol Quemándome viva Es como un sueño perturbador Cuando estoy dormida A veces respiro profundo Y tengo una piedra gigante En el pecho que no permite Que pase el aire A veces tengo mucho Para decir Y esa misma piedra Se queda a vivir En mi garganta Ocupa tanto espacio Que no puedo tragar Ni saliva, ni situaciones Ni seres humanos Ni momentos difíciles Me quedo sin herramientas Para reconocer qué me sucede Se me traba la croqueta Y se me dificulta entenderme Reconocerme y ser más amorosa Para habitar eso que está sucediendo Siento gestarse la explosión Dentro mío Me arden las entrañas Sale fuego por mis ojos Por mi boca Por mis manos Se viene el bing bang Y sé que puedo hacer mierda todo En un abrir y cerrar de ojos Me desprendo de mi alma Y vuelo en mil pedazos Por todas partes Ya a esta altura Estoy cansada Y me duele la espalda De tantos años...
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