Respiré ese olor a memoria, a recuerdos imprudentes, a café recién hecho. El hedor de esos sueños se me metía por los poros, la premisa de ese capítulo interminable se infiltraba por mi retina ocular. Otra vez, la incertidumbre rebalsando en mis adentros, otra vez esa mala costumbre. Salí corriendo, pero no supe de qué me estaba escapando. Frené y por un momento me salí de mí. Ahí me ví, hecha una madeja de dudas, enredada, con los ojos en compota, lagrimeando pasado, casi sin poder respirar. Me dieron ganas de abrazarme, pero no lo hice. Me dejé en paz, me reincorporé de a poco. Una vez me dijeron que no se puede saber qué es la luz sin antes haber conocido la oscuridad. Así que consideré que debía conocer la penumbra, hacer el amor con las tinieblas, transitar el dolor y la tristeza, para encontrar un poco de brillo, de calor. Así fue, jugué a las escondidas con la muerte, a la mancha con mis espectros y me dí cuenta que eran producto de mi imaginación.
Me ves? Estoy cansada Me agobia existir Me invade tanto sentir Es como el sol Quemándome viva Es como un sueño perturbador Cuando estoy dormida A veces respiro profundo Y tengo una piedra gigante En el pecho que no permite Que pase el aire A veces tengo mucho Para decir Y esa misma piedra Se queda a vivir En mi garganta Ocupa tanto espacio Que no puedo tragar Ni saliva, ni situaciones Ni seres humanos Ni momentos difíciles Me quedo sin herramientas Para reconocer qué me sucede Se me traba la croqueta Y se me dificulta entenderme Reconocerme y ser más amorosa Para habitar eso que está sucediendo Siento gestarse la explosión Dentro mío Me arden las entrañas Sale fuego por mis ojos Por mi boca Por mis manos Se viene el bing bang Y sé que puedo hacer mierda todo En un abrir y cerrar de ojos Me desprendo de mi alma Y vuelo en mil pedazos Por todas partes Ya a esta altura Estoy cansada Y me duele la espalda De tantos años...
Comentarios
Publicar un comentario