Sacarse el disfraz, rasgarse las vestiduras, cambiar de piel, acariciarse, sentirse, conocerse, gritar, gritar bien fuerte y escucharse. ¿Cómo pretender ver la luz sin antes haber conocido la oscuridad? Tan necesario el haber experimentado la tenebrosidad, haber sido un cuerpo opaco para luego resquebrajarse y que la luz emerja a través de nuestras grietas. Prenderse fuego y conocer el ardor del alma. Morderse, pellizcarse, lacerar cada ínfima porción del cuerpo. Sangrar, sangrar para ser consciente del daño. Razonar, perdonar, no mortificarse más. Pensar, no pensar tanto, enroscarse para luego no respirar el vértigo de una mente marginal, apagada, muerta, mutilada. Abrazarse a lo real, a lo tangible, a lo palpable, a lo que está. Sentirse parte de la reconstrucción de la humanidad, incluirse en el enfrentamiento, no tener miedo a nada, no escaparse. Chillar, demandar, cuestionarse todo, cosas puntuales, siendo incisivos y yendo contra esos monstruos suntuosos que se empecinan en atemorizarnos y hacernos recular. Gritar, gritar bien fuerte! Amar, amar. Sin reglas ni complejos, sin eso que dice ese "manual añejo". Saltar sin paracaídas al presente, en caída libre, va a doler el impacto, pero a veces un buen golpe de realidad nos acomoda y nos limpia de toda esa mierda que ya no tenemos ganas de oler más.
Sacarse el disfraz, rasgarse las vestiduras, cambiar de piel, acariciarse, sentirse, conocerse, gritar, gritar bien fuerte y escucharse. ¿Cómo pretender ver la luz sin antes haber conocido la oscuridad? Tan necesario el haber experimentado la tenebrosidad, haber sido un cuerpo opaco para luego resquebrajarse y que la luz emerja a través de nuestras grietas. Prenderse fuego y conocer el ardor del alma. Morderse, pellizcarse, lacerar cada ínfima porción del cuerpo. Sangrar, sangrar para ser consciente del daño. Razonar, perdonar, no mortificarse más. Pensar, no pensar tanto, enroscarse para luego no respirar el vértigo de una mente marginal, apagada, muerta, mutilada. Abrazarse a lo real, a lo tangible, a lo palpable, a lo que está. Sentirse parte de la reconstrucción de la humanidad, incluirse en el enfrentamiento, no tener miedo a nada, no escaparse. Chillar, demandar, cuestionarse todo, cosas puntuales, siendo incisivos y yendo contra esos monstruos suntuosos que se empecinan en atemorizarnos y hacernos recular. Gritar, gritar bien fuerte! Amar, amar. Sin reglas ni complejos, sin eso que dice ese "manual añejo". Saltar sin paracaídas al presente, en caída libre, va a doler el impacto, pero a veces un buen golpe de realidad nos acomoda y nos limpia de toda esa mierda que ya no tenemos ganas de oler más.
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