Me dejé llevar por el rumor del viento, creí estar convencida de ir por el camino correcto. Caí rendida ante antiguas creencias, no pude con ellas, fue como nadar en aguas turbulentas. Fue un mano a mano con la razón, esas batallas donde siempre el que pierde es el corazón. Intenté escaparme por un sendero de arcilla, pero la noche se apoderó de mis ojos. No podía ver, estaba perdida y terminé encontrándome de frente con aquello que no quería, que dolía. La mirada se queda muda cuando las palabras no alcanzan para describir lo que sentimos, cuando no podemos salir del enrosque mental en el que poco a poco nos fuimos enredando. Lo mejor es alejarnos, tomar distancia y esperar hasta que nuestros circuitos cerebrales se enfríen. Por momentos somos nuestros peores enemigos, le hacemos jaque mate al corazón, no razonamos, nos hundimos en el pantano de la duda. Protagonizamos películas de ciencia ficción, que sólo se reproducen en nuestro cine mental, que sólo nos anulan, que solo nos hacen mal. Ojalá fuera tan fácil tomar decisiones en esos momentos de ebriedad emocional, ojalá pudieramos sentarnos a mirar desde afuera, desde ahí es mucho más claro todo, desde ese lugar me tiro una soga para salir del pozo ciego y ayudarme a sanar, aunque a veces la soga es tan inestable que parece que me quiere ahorcar. El alma se debilita con cada pensamiento sombrío, con cada beso sin sabor, con cada caricia desabrida, con cada encuentro casual sin amor. La falta de amor me exaspera, me hace convulsionar, el poco valor que tiene la palabra me abruma, me escondo en mi ombligo, ya no quiero que me miren, que me toquen, ya no quiero nada más. No tengo otra versión de mi, soy lo que ves. Siento de más, doy todo sin importar la puñalada que me toque recibir. Me desperté y esta vez no me voy a volver a dormir. En mi profundidad podés nadar, podés encontrarte, encontrarme, perderte o simplemente, te podés ahogar.
Me ves? Estoy cansada Me agobia existir Me invade tanto sentir Es como el sol Quemándome viva Es como un sueño perturbador Cuando estoy dormida A veces respiro profundo Y tengo una piedra gigante En el pecho que no permite Que pase el aire A veces tengo mucho Para decir Y esa misma piedra Se queda a vivir En mi garganta Ocupa tanto espacio Que no puedo tragar Ni saliva, ni situaciones Ni seres humanos Ni momentos difíciles Me quedo sin herramientas Para reconocer qué me sucede Se me traba la croqueta Y se me dificulta entenderme Reconocerme y ser más amorosa Para habitar eso que está sucediendo Siento gestarse la explosión Dentro mío Me arden las entrañas Sale fuego por mis ojos Por mi boca Por mis manos Se viene el bing bang Y sé que puedo hacer mierda todo En un abrir y cerrar de ojos Me desprendo de mi alma Y vuelo en mil pedazos Por todas partes Ya a esta altura Estoy cansada Y me duele la espalda De tantos años...
Comentarios
Publicar un comentario