Esa maldita hora donde el reloj se detiene Esas cabezas necias donde el terror aparece Esos dos ojos siniestros penetrando tu cuerpo Esas dos manos ardientes estrangulando tu cuello Y dabas vueltas como una calesita Donde la sortija era pura dinamita Y amanecías develando ese misterio Que se volvía cada día más intenso Tus palabras no tenian ya sentido Eras un número más en este mundo podrido Ese entorno que apagaba tus sentidos Te dejaba tan desnudo y sin abrigo Te querían parte de su plan Contagiados de ese gen tan inmoral Te aburrias de su falsa ideología Arruinaban cada instante de tu vida