Cuando no decimos lo que nos pasa nos duele la garganta.. Mi ganglio izquierdo se transformó en piedra y cada vez que trago se encarga de hacerme pensar en todas las cosas que me guardo, que no digo, que se quedaron alojadas ahí y duelen, arden, lastiman y me hacen mal. Mi estado de ánimo a veces se transforma en un animal hambriento, con ganas de despedazarme entera, no hay forma de que entienda que a veces no estoy para nadie, ni siquiera para mi. Tantos años de vivir en las sombras, muchos años de autoflagelo, de nadar en la mierda, de oler ese hedor que se metía por los engranajes de mi vida dejándome inmóvil, inerte, casi sin poder respirar. Por momentos necesito una bocanada de aire fresco, recluirme en mis adentros para así poder darme un par de arrumacos que me ayuden a subsistir en este plano tan superfluo y de cartón, en ésta era de la inmediatez, de la ansiedad, de esa incertidumbre que nos lleva a todes a ahogarnos en este mar de dudas, creyendo que sabemos quiénes somos y ...
Entradas
Mostrando entradas de agosto, 2019