Ese viento que enmaraña su pelo, que desacomoda su aura El mismo que la aleja del recuerdo, que la hunde en su lamento Ese viento que la lleva volando por caminos desconocidos El mismo que la deja flotando sobre su abismo, sobre su hastío Ese viento que sacude sus venas Que envenena su latido Que se entromete sin motivo Es el mismo que con el susurro de sus ráfagas La hace ser consciente de lo que la resquebraja Ese viento tan veloz Y su furia tan precoz Abatieron ese instante Sepultaron su semblante
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Me cansé de justificar lo injustificable, de dar explicaciones estúpidas y de apelar al autoconvencimiento. Cuando te quieren se nota y cuando no te quieren, también, aunque suene cliché. No quiero hacer más la plancha en tu laguna de la duda, quiero dejar de enmierdarme con pensamientos negativos que me indican que siempre el problema soy yo; que siento de más, que hablo de más, que la intensidad, quién carajos inventó eso de que los sentimientos se tienen que ocultar? A mí me dejan de joder. No entiendo a las personas que se quedan con eso que sienten adentro, que no sacan para afuera lo que les hace tanto bien como mal. No entiendo la capacidad infrahumana que tenemos de idealizar al otre y de proyectar situaciones que no existen, que no sucedieron y que sólo nos generan malestar. Dejemos de idealizar, cuando el pelotude es pelotude y está ensimismade en su propio ombligo, es imposible sacarle de ese lugar. Tomate el palo, salí corriendo, es muy importante tu salud mental.